¿Por qué nos pintamos las uñas?

¡CUIDADO! ES ADICTIVO

¡ARDIENTE PASADO!

Cuando de un hábito creas una necesidad, sin más, se convierte en una adicción. Ahora la pregunta es bien clara ¿son malas las adicciones?

Cuando aún vivíamos entre mamuts y elefantes salvajes y cubríamos nuestros atributos con unas livianas telitas aterciopeladas, no estaba mal visto que las mujeres, además de su cotidiana pareja, tuvieran a otros hombres en la recámara, según ellas, para asegurar el futuro de la especie. 

Para nuestras antepasadas, ya que su esperanza de vida no superaba los 30 (y esto con un golpe de suerte), cambiar de pareja sexual y buscar una más adecuada, era una necesidad. Vamos, un movimiento básico de supervivencia. Lo consideraban una forma inteligente y ocurrente de preservar la especie humana. 

Por lo tanto, solamente nos queda decir a nuestras ventajistas antecesoras: ¡gracias María, por vuestra lujuria concebida!

¿SUPERVIVENCIA O ADICCIÓN?

De ahí viene la gran pregunta, cuando cada bendito mes, sientes la necesidad de llamar a las Profesionales de Orgasmi para que vengan a tu casa y te deleiten con la legendaria Mani – Pedi completa. ¿Se considera supervivencia o adicción? Mira, mira, aquí tienes el enlace con todos los servicios de Mani-pedi.

¿Qué? ¿Qué aún no has sentido esa necesidad? ¡Pero que estamos en verano y ya casi en Fase 2! Uñitas al aire y cuanto más llamativas, mejor.

CULTURILLA ORGASMI 

Mani-pedi es un doble tratamiento de belleza, compuesto por una manicura y una pedicura. La palabra se empezó a utilizar entre los ingleses la pasada década, pero parece, por la evidencia que tenemos hasta el momento, que se originó en Filipinas en 1972. 

“The Development of Philippine Literature in English (since 1900)” – El desarrollo de la literatura filipina en inglés (desde 1900).

En la pagina 339 de tal libro, cita textualmente: “Dependiendo de su presupuesto, la mujer asalariada puede acceder a todo tipo de tratamientos de belleza, en cambio hacerse la mani pedi es como un deber semanal”

Así que señoritas contemporáneas, no hemos descubierto Las Americas con este método. Sencillamente buscamos ofrecerte un servicio con todos los lujos pertinentes, pero con la comodidad de recibirlo en tu propia casa y al mismo precio que si te desplazaras a un salón de belleza. Tienes la opción de elegir la manicura y la pedicura con un acabo de esmalte clásico o con acabado semi permanente. Mola, ¿no? 

En este país siempre nos hemos caracterizado por ser gente de tradiciones, pero en este caso, ¿qué nos sale más a cuenta? ¿hacer caso a nuestras ardientes antepasadas?, o más bien ¿nos quedamos con el simple y puro consejito filipino de realizanos nuestra semanal mani-pedi? ¡Allá tú!